domingo, 18 de junio de 2017

I WANT TO DIE - QUIERO MORIR

...Y no es algo de hoy, simplemente estoy cansado. Escribir siempre ha sido un buen ejercicio para mí, es solo que de tantos errores que he cometido, sincerarme a diario con ustedes implicaría estar abierto a exponer hechos que me perjudicarían más aún.

Estoy cansado, no físicamente, pero mentalmente. Muchas cosas pasaron en estos meses que no he escrito:

1. Estuve hospitalizado en una clínica Psiquiátrica:
Deambulaba entre otros pacientes, como un zombie, así como se ve en las películas, los locos en un manicomio, solo que esta vez yo era parte del show, el freakshow. Me sentí preso, en realidad lo estaba, me vigilaban y controlaban a cualquier lugar donde me dirigía, me mantenían medicado al punto que no tenía fuerza de voluntad y era solo un títere manejado por aproximadamente 20 enfermeros. Por más que insistía en querer salir de ese lugar más me denegaban la salida, por lo que tuve que seguirles la corriente a todos los empleados y fingir demencia  ser normal. A partir de mi salida de la clínica decidí suspender totalmente mi tratamiento. 

2. Estuve en la cárcel:
Mi trastorno de personalidad límite me dominó una vez más, estuve en prisión 3 días por un delito menor,



Me siento solo, me siento derrotado, no estoy trabajando hace un par de meses y he saboteado todos los intentos de conseguir un nuevo empleo.

No sé que hacer, todo es muy confuso para mí, no tengo ánimos de luchar.

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Día 13: Un día para ser honestos

Mi día empezó antes de despertar. Soñaba con mi ex y otras personas hacía las que siento algún tipo de rencor. Al despertar estaba tan desanimado y desesperado que lo primero que le dije a Julián era que me estaba volviendo loco, que no sabía hasta cuando iba a poder resistir todo lo que me estaba pasando. Él me abrazó y buscó consolarme, pero yo solo sentía un nudo en mi pecho y la necesidad de estallar.

Era de madrugada, día de descanso. Me levanté y alisté para irme a practicar unos exámenes de laboratorio, VIH, por rutina. Julián se dirigía a su antiguo apto a buscar las cosas que había dejado allá para por fin mudarse de un todo conmigo. Empezamos el día muy bien a pesar de mi preocupación.

Me hice los exámenes y salí para mi casa, Julián llegó en la tarde. Mientras tanto yo vi televisión y dormí. Tuve algo de ansiedad durante el transcurso del día, pero ya estoy acostumbrado a ello, así que no me desesperé. En la noche tuve una conversación muy sincera con Julián, le hablé de los pensamientos que tengo, mi ansiedad constante, de la constante presencia del recuerdo de mi ex novio. Para él no fue fácil escuchar todo eso, sin embargo, él sabe que yo quiero estar con él así que me dio todo su apoyo y acordamos salir de esto juntos y darlo todo para tener una vida plena.

martes, 6 de septiembre de 2016

Día 12: Siento que estoy enloqueciendo

Tuve un sueño muy ligero, por cualquier cosa me despertaba. Me levanté de buen ánimo, tomé una ducha y ahí empezaron mis tormentos: Muchos pensamientos empezaron a llegar a mi cabeza, recordando la escena de ayer cuando me encontré con mi ex, repasando cada segundo una y otra vez, queriendo deducir lo que él había pensado al verme, si me pensó en el transcurso del día, y básicamente un flashback de cuando eramos novios. Aclaro que con esos pensamientos no siento amor ni nostalgia, tampoco lo extraño; simplemente siento una gran frustración por no poder evitar esos pensamientos. Mi ducha duró más de lo normal debido a esa constante lucha dentro de mi cabeza por dejar de pensar o por concentrarme en otras cosas.

Salí, me vestí, tuve mi desayuno y tomé la Sertralina. Inicié una ligera conversación con Julián la cual terminó muy poco, en cuanto él decidió colocarse sus audifonos. Al llegar al paradero de bus me coloqué muy ansioso, temía encontrarme a mi ex. Miraba a mi alrededor aunque no quería hacerlo, eran movimientos involuntarios que controlaba rápidamente para que Julián no lo notara, aunque lo hizo al primer vistazo. Llegó la buseta y esta vez pudimos ir sentados uno al lado del otro, Julián empezó a ver videos en su celular por lo que quedaba en mis manos el mantenerme ocupado y distraído con cosas positivas. Puse mis audifonos para escuchar el nuevo album de Britney Spears, que me tiene obsesionado por cierto, y simultaneamente empecé a jugar Candy Crush. Incluso cuando estaba tarareando las canciones que escuchaba al mismo tiempo que jugaba no me fue posible mantenerme aterrizado. Tenía miedo de que mi ex se subiera al bus, veía a Julián pendiente de las personas que se subían y no pude evitar pensar que él quería asegurarse que mi ex no se subiera. Como decidí desconectarme de todas mis redes sociales dejé de pagar el plan de datos de mi celular por lo que las opciones para mantenerme concentrado en algo eran límitadas. Recordé que tengo una aplicación para colorear formas y paisajes, fue un poco más efectiva, sin embargo seguía perturbado y frustrado por no poder controlar mis pensamientos.

Durante todo el trayecto no crucé una sola palabra con Julián, excepto al bajarnos, aproveché que se había quitado los audífonos para hablarle de cualquier cosa. Luego llegué a mi destino, ligeramente nos despedimos, casi sin mirarnos.

Luego de guardar mi bolso en el casillero le envié mi mensaje de texto comentandole de mi frustración al sentir dependencia a un juego para mantenerme bien y que aún así no funcionara. Le agradecí también por el desayuno que me preparó, Pancakes, mi favoritos.

A los 15 minutos recibí una llamada de él, quería que le contara qué cosas pensaba, le dije que no quería hablar de eso y empezó a presionarme para que hablara, alegando que anoche practicamente no dije una sola palabra. En su tono de voz se notaba lo molesto que estaba, su frustración por no poder obtener de mi lo que quería al 100%. Le dije que no estaba dispuesto a discutir, que prefería hablar de mis cosas en persona y que anoche estaba molesto y no quería hablar porque sabía que terminaría diciendo cosas que no quería decir, que nisiquiera sentía, pero que habría dicho para nivelar la frustación que sentía por lo atormentado que estoy. Me colgó.

Entré al salón y empecé a escribir en el blog, es lo único que me mantiene aterrizado ultimamente. Al rato Julián me envió un mensaje de texto pidiendo disculpas por su actitud, igual sé que es un tema de dos que debemos trabajar juntos.

Luego de almorzar se alborotó mi ansiedad, mis piernas estaban muy inquietas y no veía la hora de salir de clase para meterme a mi cama, no quería hacer más nada. Lentamente finalizó la tarde y pude llegar a casa, me encontré con Julián al terminar la noche, salió tarde del trabajo. Omitimos el tema por el cansancio que teníamos, así que tuvimos una amorosa charla y a dormir.
Día 11: Mi reencuentro con el detonante:

Tuve una noche muy regular. Desperté en varias ocasiones pensando que ya era hora de levantarme para ir a trabajar. Esperaba ansioso el sonido de la alarma, ya que generalmente despierto segundos antes de que suene. De inmediato vinieron a mi mente pensamientos sobre mi ex, como de costumbre, simplemente acordandome de su existencia; es como un ritual de todos los días del que no me logro zafar. Creo que estuve despierto al menos 2 horas antes de que la primera alarma sonara, actualmente tengo 3 alarmas ya que al parecer el medicamento me produce sueño y me está costando levantarme. Julián se levantó a tomar una ducha mientras yo empacaba ambos almuerzos. Tuve una rápida ducha mientras pensaba en qué debería vestir, quería verme bien, o como suelo decirme usualmente, "fabuloso". Tomé el desayuno, me alisté y salí rapidametne de casa en compañía de Julián.

Era un día gris, pero no estaba lloviendo. Hacía mucho frío y en general estaba de buen ánimo porque iba vestido muy bien...acorde a la temporada. Llegamos al paradero y habían muchas personas, por lo que por primera vez, desde que salgo con Julián, le pedí que caminaramos hasta el paradero anterior, ya que presentía que no ibamos a conseguir puestos desocupados si tomabamos el bus allí. Avanzamos entonces unos 200 mts y el bus demoró en pasar, el tráfico estaba terrible. Tal como pensé no habían suficientes puestos libres, pero logramos sentarnos uno delante del otro. Mientras el bus  llegaba al siguiente paradero yo estaba acomodando mi bufanda y alistando mis audifonos para escuchar música durante el trayecto. Cuando el bus volvió a detenerse subí espontaneamente la miraba y vi a mi ex subiendose. Tuve que fijar bien mi mirada ya que desde hace algunos meses tengo visiones con él, incluso un día me bajé del bus porque pensé verlo en una esquina hablando por celular. Él notó mi presencia al momento de subirse, y pronunció mi nombre lentamente en forma de saludo. Yo desde la distancia le dije "Hola" y me detuve un momento antes de colocarme los audifonos. Pasó delante mío, sonrió y me preguntó como estaba, le dije que bien, le pregunté lo mismo, me dijo que bien, me agradeció y siguió hacía el fondo del bus. Durante varios meses ansiaba el día en que me encontrara con él, pero por estos días quería exactamente lo contrario; Empecé a ponerme ansioso, pero al mismo tiempo me sentía bien porque no había sentido algún tipo de nostalgia al verlo, fue como ver a alguien sin importancia que conozco desde hace tiempo. Sin embargo, al ser él el detonante de mi ansiedad tenía miedo de tener un comportamiento errado o de hacer algo de forma impulsiva que me hiciera retroceder en el avance de mi tratamiento.

Tomé mi celular y lo sobaba una y otra vez, jugaba con los bordes sintiendo cada uno de los relieves del mismo. De momento me concentraba en la música y empezaba a cantar mentalmente, pero luego volvía a pensar en qué debía hacer algo. Permanecí solo 30 minutos en el bus, o menos, y decidí bajarme. Le envié un mensaje de texto a Julián resumiéndole la situación. Supuse que se había molestado y que se había dado cuenta de la presencia de mi ex.

Al bajarme estuve algo más tranquilo, los movimientos anormales se detuvieron así que caminé unos cuantos metros y tomé otro bus hacía la empresa. Durante el trayecto estuve algo tranquilo, sin embargo no dejaba de pensar en lo que había ocurrido. Sabía que Julián éstaba molesto así que solo ansiaba llegar a mi destino para llamarlo y hablar del tema, le escibí unos mensajes pero no me respondía, así que seguí insistiendo hasta que contestó mi llamado. Su tono de voz reflejó rapidamente su molestia, le pedí hablar del tema pero no quería pronunciarse, yo mi parte no sentía la necesidad de darle muchas explicaciones porque ya él conocía mi situación mental al momento que decidimos ser novios.

Luego de conversar por al menos 10 minutos Julián decidió cambiar su actitud e incluso intercambiamos un par de chistes. Me sentí más tranquilo durante los siguientes 5 minutos, pero luego empecé a atormentarme con la idea de que él no me entiende y tampoco va a entenderme. Entré al salón de clases pero mi mente seguía atrapada en lo acontecido, así que me dispusé a escribir en mi blog mientras el entrenador hablaba de un tema del cual no había prestado atención desde al menos hace dos semanas.

Mi comportamiento empezó a empeorar, Julián hizo algunos comentarios atacándome y me obsesioné con ellos, empecé a desesperarme, sentía que tenía que salir del salón huyendo y esconderme en mis cobijas. Me dispose a escribir entonces este capítulo y a leer cosas de interés general en internet. De momento quería prestar atención a la clase, pero era como si ya no entendiera el inglés, no procesaba nada de lo que estaba escuchando.

Escribí y escribí hasta que se acabó la tarde y salí entusiasmado de haber publicado los primeros 3 artículos de este blog. Julián me había dicho que vendría por mí y salí entusiasmado por ello. Me recibió con una chocolatina, le mostré el blog y noté que seguía molesto. Eso me desanimó con completo y aunque quise evitarlo quedé invadido por una energía negativa hasta la noche.

Subimos al bus, cada quién por su lado, llegamos al apartamento y nadie decía nada, yo me acosté a ver tv y él se quedó en la sala interactuando con su celular. Al rato se acostó conmigo, pero el uno era invisible para el otro. Me preguntó si quería comer y le respondí que no, a la media hora me preguntó si quería que me preparara algo y le dije que no. Entonces me preguntó si me pasaba algo, quise evitarlo pero insistió. Le dije que estaba de mal genio y que no quería hablar, que esperaramos al día siguiente; de inmediato se levantó y preparó la cena. Durante ese tiempo quise dormir pero no podía, pensaba muchas cosas al tiempo, así que me levanté y me preparé un té y a  la media hora ya estaba con mucho sueño. Antetodo le dí las buenas noches a Julián y dormimos abrazados, no quería dormir molesto con él ya que sabía que parte de mi rabia era conmigmo mismo por no poder controlar mis pensamientos.



Día 10: La primera dosis completa de Sertralina

Luego de haber superado los efectos secundarios de media pastilla, llegó la hora de la dosis completa. Estaba mentalizado ya en que debía cargar mi lubricante labial y seguramente tendría otro efecto secundario nuevo.

Desayuné, tomé mi dosis, me acosté a ver televisión con Julián y noté que los efectos secundarios no aparecian, o al menos no me sentía diferente. La resequedad de los labios nunca apareció, tampoco tuve dolor de cabeza o la sudoración que comentó Karina como uno de los posibles síntomas derivados del consumo de este antidepresivo.

En el transcurso de la tarde Julián se puso algo travieso, quería repetir las azañas del día anterior, empezó tocándome mientras yo veía a Sofía Vergara en su papel de Gloria Pritchett, en Modern Family. Estaba tan concentrado riendo que no sentía ninguna excitación por lo que estaba haciendo Julián. Entonces me comentó que quería que tuvieramos sexo, yo le dije que sí, sin el menor rastro de morbo o excitación. Mientras yo mantenía mi vista enfocada en la TV Julián  me hacía sexo oral, estuvo allí alrededor de 5 minutos. Para no parecer irrespetuoso o ignorar lo que él hacía, me dispuse a acariciarlo, mostrando (fingiendo) algo de interés.

No necesité más de ese tiempo para darme cuenta que no estaba sintiendo absolutamente nada, entonces lo aparté de mi pene y le dije: -Lo siento, no puedo-. El me preguntó porqué y le dije textualmente -No siento absolutamente nada fuera del tacto-. Él se apartó molesto y se volteó dándome la espalda. Le dije que probablemente era por la dosis completa de Sertralina, que esperaramos unos días, que seguramente era temporal. A pesar de su molestia mostró comprensión por la situación. Durante el resto del día todo se mantuvo exactamente igual, estaba completamente distanciado de pensamientos morbosos y sexuales, pero muy estimulado por ideas de emprendimiento.
Día 9: El sexo

Solucionado el detalle de la eyaculación, Julián y yo seguimos ensayando varias veces. Fue muy satisfactorio ver que podíamos llevar una vida normal, sexualmente hablando, por lo que decidimos en conjunto que yo seguiría tomando esta medicina en vez de reemplazarla por el otro antidepresivo.

De repente mi estado de ánimo empezó a mejorar y se me metió la idea en la cabeza de que quería independizarme con Julián, por lo que empezamos a tener conversaciones muy interesantes sobre qué idea de negocio emprender. Por  primera vez sentía una mejoría en mi estado de ánimo a pesar de seguir con las muestras de ansiedad y pensamientos involuntarios en mi cabeza.

sábado, 3 de septiembre de 2016

Día 8: De vuelta al Psiquiatra

Tuve mi segunda cita con Karina para hablar de mi examen de tiroides y el avance a partir de la Sertralina, esta vez estuve menos inquieto al momento de esperar mi turno, sentía de debía controlarme para mostrar algún progreso.

Al ingresar ella me saludó, la sentí algo más amigable que la vez que nos conocimos, me senté y me pidió el examen de tiroides, el cual estaba dentro de lo normal, ya lo había chequeado en internet de acuerdo al resultado que obtuve. Me preguntó cómo me iba con la Sertralina. Le conté de los principales efectos secundarios: la resequedad en los labios y la pérdida del líbido; comenté que esto último me estaba causando inconvenientes en mi relación. Karina se sorprendió un poco, o al menos su expresión mostraba eso, me comentó que todos los antidepresivos tendían a causar eso, de inmediato me dijo que lo suspendiera y que empezaríamos con otro antidepresivo que "en teoría" es el que menos produce ese efecto secundario, yo estuve de acuerdo.

De la resequedad de los labios no entramos en detalle, yo le dije que lo estaba manejando con lubricante. Aproveché para comentarle que últimamente me ponía muy inquieto por las tardes, movía mucho las manos y las piernas, de hecho en ese momento mis manos eran como marionetas bailarinas. Ella me dijo que eso no era producido por la Sertralina, entonces hicimos un recuento de las cosas que han cambiado desde la primera cita y cuando le mencioné que retiré por completo el cigarrillo y el café ella dedujo que eso me estaba causando más ansiedad, por lo que me permitió fumar y tomar café ocasionalmente con el compromiso de irlo dejando gradualmente.

Pasamos de tema y me entrevistó sobre mi cita con la Psicóloga, le comenté el tratamiento que estaba iniciando con ella y que ya tenía una nueva cita agendada. Me entregó entonces la orden para el nuevo medicamento y me pidió que regresara en aproximadamente 3 semanas para ver los avances que habíamos tenido.

Salí y le conté a Julián. Se emocionó al saber que probablemente no volvería a tener el problemita aquel. En la noche lo intentamos a pesar que aún no empezaba a tomar el nuevo antidepresivo, de hecho ni siquiera lo había reclamado porque me tocaba dirigirme a otro lugar que me quedaba lejos. Esa noche no solo pude eyacular, sino que fue un momento caliente muy duradero y placentero. Ambos quedamos extremadamente satisfechos por lo que decidimos seguir con la Sertralina para ver si era capaz de seguir "funcionando" mientras la tomaba.

Me dormí muy tranquilo...relajado.