martes, 6 de septiembre de 2016

Día 12: Siento que estoy enloqueciendo

Tuve un sueño muy ligero, por cualquier cosa me despertaba. Me levanté de buen ánimo, tomé una ducha y ahí empezaron mis tormentos: Muchos pensamientos empezaron a llegar a mi cabeza, recordando la escena de ayer cuando me encontré con mi ex, repasando cada segundo una y otra vez, queriendo deducir lo que él había pensado al verme, si me pensó en el transcurso del día, y básicamente un flashback de cuando eramos novios. Aclaro que con esos pensamientos no siento amor ni nostalgia, tampoco lo extraño; simplemente siento una gran frustración por no poder evitar esos pensamientos. Mi ducha duró más de lo normal debido a esa constante lucha dentro de mi cabeza por dejar de pensar o por concentrarme en otras cosas.

Salí, me vestí, tuve mi desayuno y tomé la Sertralina. Inicié una ligera conversación con Julián la cual terminó muy poco, en cuanto él decidió colocarse sus audifonos. Al llegar al paradero de bus me coloqué muy ansioso, temía encontrarme a mi ex. Miraba a mi alrededor aunque no quería hacerlo, eran movimientos involuntarios que controlaba rápidamente para que Julián no lo notara, aunque lo hizo al primer vistazo. Llegó la buseta y esta vez pudimos ir sentados uno al lado del otro, Julián empezó a ver videos en su celular por lo que quedaba en mis manos el mantenerme ocupado y distraído con cosas positivas. Puse mis audifonos para escuchar el nuevo album de Britney Spears, que me tiene obsesionado por cierto, y simultaneamente empecé a jugar Candy Crush. Incluso cuando estaba tarareando las canciones que escuchaba al mismo tiempo que jugaba no me fue posible mantenerme aterrizado. Tenía miedo de que mi ex se subiera al bus, veía a Julián pendiente de las personas que se subían y no pude evitar pensar que él quería asegurarse que mi ex no se subiera. Como decidí desconectarme de todas mis redes sociales dejé de pagar el plan de datos de mi celular por lo que las opciones para mantenerme concentrado en algo eran límitadas. Recordé que tengo una aplicación para colorear formas y paisajes, fue un poco más efectiva, sin embargo seguía perturbado y frustrado por no poder controlar mis pensamientos.

Durante todo el trayecto no crucé una sola palabra con Julián, excepto al bajarnos, aproveché que se había quitado los audífonos para hablarle de cualquier cosa. Luego llegué a mi destino, ligeramente nos despedimos, casi sin mirarnos.

Luego de guardar mi bolso en el casillero le envié mi mensaje de texto comentandole de mi frustración al sentir dependencia a un juego para mantenerme bien y que aún así no funcionara. Le agradecí también por el desayuno que me preparó, Pancakes, mi favoritos.

A los 15 minutos recibí una llamada de él, quería que le contara qué cosas pensaba, le dije que no quería hablar de eso y empezó a presionarme para que hablara, alegando que anoche practicamente no dije una sola palabra. En su tono de voz se notaba lo molesto que estaba, su frustración por no poder obtener de mi lo que quería al 100%. Le dije que no estaba dispuesto a discutir, que prefería hablar de mis cosas en persona y que anoche estaba molesto y no quería hablar porque sabía que terminaría diciendo cosas que no quería decir, que nisiquiera sentía, pero que habría dicho para nivelar la frustación que sentía por lo atormentado que estoy. Me colgó.

Entré al salón y empecé a escribir en el blog, es lo único que me mantiene aterrizado ultimamente. Al rato Julián me envió un mensaje de texto pidiendo disculpas por su actitud, igual sé que es un tema de dos que debemos trabajar juntos.

Luego de almorzar se alborotó mi ansiedad, mis piernas estaban muy inquietas y no veía la hora de salir de clase para meterme a mi cama, no quería hacer más nada. Lentamente finalizó la tarde y pude llegar a casa, me encontré con Julián al terminar la noche, salió tarde del trabajo. Omitimos el tema por el cansancio que teníamos, así que tuvimos una amorosa charla y a dormir.

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