jueves, 1 de septiembre de 2016

Día 2: La Sertralina



Desde hace casi un mes he podido dormir bien, el trabajo en el call center es agotador, aunque los primeros meses estoy recibiendo clases (entrenamiento el 90% del tiempo).

Salí temprano a practicarme el exámen de Tiroides y a reclamar el medicamento. Julián me acompañó. Tomamos el Transmilenio (Sistema de transporte masivo de Bogotá) y durante todo el trayecto yo estaba elevado. Por más que Julián intentaba mantenerme en la tierra mi mente estaba divagando sobre muchas cosas: recreaba conversaciones sin sentido que tal vez nunca ocurran, pensaba en los terroristas que ejecutaron el atentado del 11 de Septiembre, y al mismo tiempo tatareaba la canción que sonaba en mi iPhone. Para Julián era muy frustrante todo, él no decía nada luego de un tiempo pero se notaba que estaba molesto. Yo lo sabía pero no le decía nada, no sabía que decirle, no sabía controlar lo que pasaba por mi mente en ese momento.

Llegamos a la eps y había mucha gente esperando para los exámenes de laboratorio. Busqué algunos temas de conversación para mantenerme aterrizado, pero solo funcionaba de forma temporal. Luego de una hora esperando era mi turno para el exámen de tiroides, que constaba de un análisis de mi sangre. Al salir del laboratorio Julián ya había reclamado mis medicamentos, me sorprendió que las pastillas eran muy pequeñas, casi como una lenteja, y debía tomar solo media pastilla durante la primera semana, junto con el desayuno.

El regreso a casa fue igual que el primer trayecto, pero esta vez estaba elevado por la frustación que sentía al no poder controlar mis pensamientos y emociones, yo quería aprovechar el día soleado y la compañía de mi novio.

Llegamos a casa alrededor de las 9:00 am. Julián me preparaba el desayuno mientras yo hablaba con Carlos, mi otro compañero de apto, acerca de lo que me estaba ocurriendo.

Deboré el desayuno y tomé la primera mitad de Sertralina esperanzado y entusiasmado sobre los beneficios que traería a mi salud. Luego me encerré con Julián en el cuarto para ver películas, pero últimamente veíamos solo Modern Family porque era el único programa de TV que me distraía de los demonios que me acechaban. Me reía tanto que no tenía tiempo de pensar en herir a nadie, o a mí.

Pasado el medio día empezamos a tener intimidad, el ambiente estaba muy caliente y la estabamos pasando muy rico. El mal rato llegó cuando luego de media hora de estar en pleno acto noté que se me dificultaba eyacular. Estaba sintiendo placer, pero no lograba alcanzar el líbido. Lo intentamos de varias formas, por casi una hora, hasta que recurrí a la masturbación, pero ni me cansaba de masturbarme ni lograba llegarme. Esto fue supremamente alarmante para mí sobretodo considerando que soy un hombre activamente sexual que se masturba en promedio 3 veces al día (era algo que no quería hacer pero no podía dejar de hacerlo, de lo contrario literalmente no podía levantarme de la cama o no podía quedarme dormido). Julián se levantó molesto, su primera reacción era que yo no quería estar con él, que no me atraía lo suficiente, o nada. Rápidamente pensamos que podría ser un efecto secundario de la Sertralina, lo cual tiene total sentido de acuerdo a testimonios que leímos la noche anterior.

Julián me pidió suspender el medicamento, probar medicina alternativa. Sin embargo, mi próxima cita con la Psiquiatra era en una semana, por lo que acordamos seguir el tratamiento hasta la próxima consulta y tomar una resolución en conjunto con Karina, basado en su experiencia con este tipo de medicamentos.

El resto del día fue como mis demás días, la misma ansiedad, el mismo apetito, el mismo hábito al dormir, los mismos pensamientos que me atormentaban.

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